Por Vanina Suárez
Coproducción: Colombia, Luxemburgo, Francia, México, Noruega.
Guion y dirección: Laura Mora/ Dirección de fotografía: David Gallego/ Edición: Sebastián Hernández y Gustavo Vasco
Reparto: Carlos Andrés Castañeda, Davidson Andrés Florez, Brahian Stiven Acevedo y Christian Camilo David Mora
El cine latinoamericano, sobre todo el latino independiente, siempre ha sido un lujo. Aquel que muestra la vulnerabilidad de este lado del continente, con historias reales, crudas y cercanas son las que más se visibilidan en Europa. Quizás porque le son lejanas o quizás porque el puño de cineastas de nuestros directores es pungible y crudo como la misma realidad. Los reyes del mundo no es la excepción. Dirigida por Laura Mora (Antes del fuego, Matar a Jesús) ganó la Concha de Oro, máximo galardón en el Festival de San Sebastián, entre varios premios.
En esta road movie 5 jóvenes amigos que viven en la calle, sin techo, ni familia, ni ningún tipo de contención emprenden un viaje por el interior de Colombia. Rá, de 19 años, el mayor de ellos, el líder y padre de esa familia que formaron, recibe el fallo judicial de que unas tierras heredadas de su abuela están en sus manos. Esa porción de territorio estaba ocupado por grupos paramilitares pero por Acuerdos de Paz volverían a sus dueños.
La trama es cruda, comienza con un viaje de egresados de diversión. Rá une a sus amigos, como cuando un padre une a sus hijos para una aventura, y les promete que esa casa será el hogar que todos añoran y no han tenido. La película maneja un ritmo extremadamente sensible, de pocas palabras, muchas imágenes y mucho dolor, el cual será el espectador quien se quede con un nudo en la garganta y cientos de preguntas. La elección de protagonistas no actores es un hallazgo sublime y el retrato de esas emocionalidades casi como si fuese un documental es un trabajo que, su directora, logra de una manera impecable.
Los reyes del mundo retrata realidades profundas, sobre todo de Colombia y remarca la desolación y desesperación de salir de un mundo violento para vivir en paz.