Por Juani Villano
La maldición de la novia: el fantasma de la originalida
Título original: Dead Bride
Año: 2022
Duración: 83 min.
País: Italia
Dirección; Francesco Picone/ Guion: Francesco Picone/ Música: Alessandro Moro/ Fotografía otografía: Marzio Mirabella
Reparto: Jennifer Mischiati, Christoph Hülsen, Douglas Dean, Sean James Sutton, David White, Duné Medros, Michael Segal.
Algo que ya se vio. Nada nuevo. Fórmulas que se repiten hasta el hartazgo. Sustos que horrorizan, pero no por su ingenio. Hay un fantasma que ronda la casa, y es el de la originalidad.
La maldición de la novia es el segundo largometraje del director italiano Francesco Picone. La trama se centra en Alyson, la cual luego del suicidio de su padre regresa a la casa en la que pasó toda su infancia, junto a su esposo e hijo recién nacido. Luego de varios eventos sobrenaturales, Alyson deberá descubrir el misterio de dicho lugar, para así poner fin a una maldición que se cierne sobre su familia desde mucho tiempo atrás.
Partamos de un error gravísimo como lo es romper con el verosímil de la historia. Aquí tenemos tramas secundarias que no van a ningún lado, personajes que desparecen como por arte de magia y nunca más son vistos en escena, y accionares poco creíbles y simples en su haber. Desde la escritura dramática vienen dichos errores. No me sorprendería saber que solo hubo una primera versión del guion, sin reescrituras, y que con este mismo comenzaron con el rodaje.
El diseño del fantasma y las personas poseídas es para reírse por un largo rato. El maquillaje se cae a pedazos y nos saca de la obra. Casi parecen maniquíes de una casa de horrores en un parque de atracciones. No hay miedo, ni siquiera es divertido, produce una especie de ira y disgusto.
La falta de inventiva se puede perdonar, pero este no es el caso. Con una especie de plagio indirecto, esta película toma varios aspectos narrativos y realizativos de un gran filme como lo es La noche del demonio de James Wan. ¡Hasta hay un jumpscare con la misma puesta de cámara y disposición de personajes! Pero el aspecto más obvio es la idea del pasaje de la dimensión de la realidad al mundo de los muertos. Mismo tipo de iluminación, encuadres, sonidos, y un largo etcétera. Esto lleva a preguntarse si Picone tuvo flojera a la hora de escribir el guion, o simplemente siguió la senda del terror bien ejecutado, pero mutado en algo paupérrimo.
Ni hablar de las actuaciones. Con falta de intensidad, y diálogos monocordes, durante todo el visionado, no se pueden evitar las ganas de gritarle a los personajes ¡Hagan algo! Es como si ellos mismo comprendieran que todo el trabajo que llevan adelante va a desembocar en un horror catastrófico. Me atrevo a decir que el bebé es el mejor intérprete de la película
Sé que estoy siendo un tanto severo, pero realmente enerva tener que encontrarse con algo así. Sin ganas de brindar un relato nuevo y fresco. Teniendo que copiar algo previamente realizado. No digo que no la recomiendo, jamás haría eso con una película, pero sí advierto respecto a lo que van a encontrarse. Por más originalidad e historias nuevas; porque bien sabemos que las necesitamos.