Por Javier Carrizo
ESTRENO INTERNACIONAL
FICHA TÉCNICA:
Título original: Civil War/ Año: 2024/ Duración: 109 min./ País: Estados Unidos/ Género: Acción. Drama. Thriller | Distopía. Política. Periodismo
Dirección: Alex Garland/ Guion: Alex Garland
Reparto: Kirsten Dunst, Wagner Moura, Cailee Spaeny, Stephen Henderson, Jefferson White, Karl Glusman, Jesse Plemons, Sonoya Mizuno, Jonica T. Gibbs, Melissa Saint-Amand, Jared Shaw, Nelson Lee.
Música: Geoff Barrow, Ben Salisbury
/ Fotografía: Rob Hardy/ Compañías: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; A24, DNA Films, IPR.VC. Distribuidora: A24
El presagio cumple con el vaticinio, y el novelista, guionista y director británico Alex Garland (Aniquilación, Ex – Machina, y Exterminio, entre otras), coloca a su producción como una de las mejores y más contundentes propuestas cinematográficas de la temporada.
Como Philip K. Dick en “El Hombre en el Castillo” pero sin nazis y con una fuerza arrasadora, la controvertida y perturbadora Guerra Civil, cuenta una espectacularizante distopía en la que en un futuro cercano, un grupo de fotoperiodistas como protagonistas, cubre a lo largo de Estados Unidos, el enfrentamiento civil entre las Fuerzas Rebeldes y lo poco que queda de las fuerzas de seguridad del gobierno de dicho país.
La confrontación armada se regodea de sangre en beneplácito con el cumplido posmodernista, y la visión poética de la catástrofe se cuela en las entrañas de esa sociedad.
Alex Garland se hace cargo del film más costoso de la historia del sello independiente A24, e imprime aportes magnificentes a través de una tensión dramática que se presenta como más aceitada que en sus anteriores trabajos.
En la narración el comienzo presenta el entorno hasta que la explosión determina el inicio de la forma audiovisual que sobrevendrá a posteriori, incorporando el lenguaje que interpela a quienes motivan la historia (a través de fotografías que interrumpen el curso fílmico), de modo que la secuencia de montaje que incluye a Kirsten Dunst en la bañadera, se nutre con música minimalista y atmosférica, al mejor estilo -Stars of the Lyd-.
A partir de allí, y dentro de lo que también podría ser una road movie, los personajes emprenden el viaje a Washington DC para entrevistar al presidente, a 1379 Km de distancia del distrito, cuando en una propicia elección para ello, el director se sirve de la música de Suicide (el cine no lo había hecho posible hasta entonces), el pionero e influyente dúo electrónico no wave estadounidense, integrado por Alan Vega y Martin Rev.
El sintetizador de Rev se entrevera con la caótica debacle, y las gigantes locaciones exteriores como las del estacionamiento donde está derribado el helicóptero, y el estadio graffiteado que sirve de refugio interino, contextualizan con mayor holgadez el universo de la devastación.
La incomodidad permanente se cuela en el dialecto, incluso cuando todo parece controlado, como en la sucesión ordenada en la que los pasajeros se intercambian por sus ventanillas, en el andar de dos vehículos sobre la ruta.
El noise aseverado rechina en la banda sonora cuando los protagonistas sortean lo desagradable y la repugnancia, al salir ilesos de la situación más comprometida de la historia, para que el excesivo recurso que asemeja al film con un videoclip, de muestras del compromiso de Garland con ese resuelto sentido estético.