Por Javier Carrizo
@nada_pasara_
FICHA TÉCNICA:
Título original: Dúo / Año: 2022/ Duración: 107 min/ País: España/ Dirección: Meritxell Colell/ Guion: Meritxell Colell./ Fotografía: Sol Lopatin.
Reparto: Mónica García, Gonzalo Cunill.
Compañías: Coproducción España-Francia-Argentina-Chile; Pensilvania Films, Paraïso Productions, Manufactura de Peliculas, Polar Star Films.
El film coproducido por España, Argentina, Francia, y Chile, premiado a la mejor dirección de la última edición del Festival de Málaga, arriba a Buenos Aires con estreno en la fecha patria, como un recordatorio de aquello que remite a nuestra identidad nacional.
El reconocimiento al inmenso logro de Colell, viene a demostrar que el premio a su labor tiene su justificación, y que su punto de vista para ello es completamente externo al de esa cultura y tradición, a la que no pertenece.
Al respecto, Canclini (1990), puede decir que esto deriva de los cruces socioculturales en que lo tradicional y lo moderno se mezclan. Por eso se pregunta qué hacer con esta mezcla de memoria heterogénea e innovaciones truncas.
En paralelo a la relación entre la directora y el universo elegido para el contexto de su película, y a tener en cuenta que el Programa Ibermedia es un fondo de fomento español destinado a la producción de cine iberoameriacano, y que se implica detrás de la realización de la directora, podríamos preguntarnos, ¿hasta qué punto los films aludidos pertenecen a un -cine nacional- si cuentan con aval extranjero para realizar sus producciones “nacionales”?
Entonces ¿qué hacer con esos cruces socioculturales y esa memoria heterogénea que propone el film de Colell Aparicio?
Este “cine nacional” que explora las culturas híbridas que constituyen la modernidad como alega Canclini (1990), en esta ocasión, narra el tortuoso estadio de una pareja que se ama, pero que a la vez se encuentra consumada, luego de veinticinco años de relación.
Emprender un viaje por el norte de la Cordillera de los Andes durante los carnavales, con la excusa de recuperar el dúo de danza que comparten en común, no conlleva como resultado la salvación de la misma, sino que empeora el corresponder entre los personajes que componen Mónica García, y Gonzalo Cunill.
Ese desequilibro dividido, se entrevera en una cultura que promueve las tradiciones autóctonas por estar ubicada en la frontera entre Argentina, Bolivia y Chile, con una mirada eurocéntrica que se limita a retratar según su propia autora, el lugar del cual no es.
Allí reside su compromiso social para con su perspectiva, al neutralizar su posicionamiento y aislándose de la contienda colonizante al reconocerse como española.
De todas formas, su mayor logro para con Dúo, es su rol como directora, de modo que la exploración del lenguaje congrega un estilo que además de contexturizar la cordillera a través de la pátina del 8mm, solventa el esplendor de las actuaciones en las acciones físicas que alimentan la dramática, por medio de un montaje que se adecúa auspiciosamente a las circunstancias.