Por Gerónimo Rivera CanoF
Ficha técnica:
Director: Miler Blasco/ Asistente de dirección: Clarisa Corso/ Gaffer: Julia Albea, Manuel Pérez Mora/ Dirección de sonido: Aldo Dignani/ Montaje: Miler Blasco/ Visual effects: Lucas Tamborenea/ Post producción de sonido y música original: Iván Tarabelli
Lo crudo sabe rondar durante toda la trama, parte desde los primeros planos que reflejan miradas fijas al lente (directo a los ojos del espectador, sin vueltas) y se condensa con lo simple del entorno. Reina el sonido ambiente, los silencios son contundentes para que el mensaje dispuesto en diálogos de extensión media sea transmitido de manera clara y concisa; las locaciones buscan reflejar lo cotidiano. Una casa, una quinta, una disquería, una pileta, una pieza y una cama. El enigma dice presente en todas ellas.
Debe notarse la presencia de Gustavo Cerati y David Bowie en posters de pared detrás de una cama individual: la música aquí juega un rol importante. No es dato menor.
Max -el personaje principal interpretado por Mauro Sabella- tiene algo por decir, una decisión ya tomada, una elección personalísima, la misma que a veces, parece ser impuesta de antemano; parece ser preexistente a los meros gustos; un optar arquetípico del vivir la vida.
Lo común y corriente toma carne en Max, a veces de tal modo que parece contracturarlo, incomodarlo. Se deja ver a través del lente espectador como el sentido común se apodera de dos personajes que forman parte de manera frugal en una puntual escena: una mesa es una frontera que divide dos modos de llevar la vida social. Encuadre perfecto.
Bárbara Peters (quien interpreta a Julia, madre de Max) sabe reflejar muy bien lo que le toca afrontar. Le pone el cuerpo al personaje, afrontando directamente la situación límite en la que se encuentra. Es en ella donde vira lo duro del corto y ya no es frente al espectador sino frente a la suerte que le depara a ella misma.
En este caso está claro: un enigma al correr los minutos del filme se devela por su propio peso y así aliviana al segundo. Le pesa a Julia, le pesa a Max, a Lucía y a su padre. Pesa lo que tarda en apagarse. Pesa lo que perece. Sobre todo pesa habitar la espera de lo que se está apagando y pesa ver lo que perece sin poder hacer algo.
Nos libera conocernos, que nos re-conozcan.
¿Qué seríamos sin ser lo que somos para el otro? ¿Podríamos sabernos tan nosotros? ¿Construiríamos nuestra identidad tal cual (algunes) sabemos que lo hacemos? ¿O solamente nos identificaríamos en un reflejo sin que ese sea nuestra base, nuestro punto de partida?
El amor que te llevás toca fibras íntimas; es un corto intimista que en veinte minutos refleja muy bien tres grandes tópicos: el amor; el Fin y el saber.Insta al espectador a seguirle de cerca su linealidad para poder degustarle profundamente (incluso prestar atención per se al título) y dejarse atravesar por lo que la historia nos cuenta. Su narrativa, mirándonos a los ojos, por crudo que sea lo que tenga por decir, no pierde ni un centímetro de honestidad.
Dado al público en el 2020, fue escrito y dirigido por Miler Blasco quien es oriundo de Rosario, Santa Fe ,donde se graduó como Realizador Audiovisual en la Escuela Provincial de Cine y TV. Actualmente se desempeña como Director en Costera Film desde el año 2020. El corto se puede ver de forma gratuita en la plataforma de CineAr Play.
