Por Gerónimo Rivera Cano
@geroriveracano
FICHA TÉCNICA
Título original:Mujer nómade/ Duración: 73 min/ Guion; Martín Farina/ Música: Jorge Barilari/ Fotografía: Martín Farina
Compañías: Cinemilagroso(Productora)
Se suele decir muchas veces que a determinadas situaciones las palabras exceden. Pero no sabemos de qué. Qué excede al decir. Lo que excede se lo nombra así a través del apalabrar… “eso”, “coso”, “aquello”, “siento”.
Lo indecible es dicho sin querer. Incluso los “silencios” que son apalabrados por su nombre -impropio, claro está- no tienen escapatoria y por ende no son tal. Las palabras, los nombres, las cosas no rompen al cristal blindado del silencio. Y el silencio, no sabemos cómo sabe. Su gusto nos es oculto detrás de las letras que hacen su nombre. Hilvanan su identidad.
Siempre es bueno guardar primero para aplicarse dosis de silencio luego. Dosis exactas son las que se encuentran en el corpus de la obra en cuestión. Suma a la potencia del mensaje, separa aconteceres, hace estridente el grito y la palabra en Mujer Nómade.
Praxis y Filosofía. Importancia básica. No hay mundo de las ideas y mundo de la carne. La carne es lo que da nacimiento a las ideas. La idea es un cuerpo, la carne es su verdad. Solo hubo mundo y es el mismo que vamos haciendo en cada instante.
Mujer Nómade. Sin lugar fijo. Porque todo lugar es aquí y, pero, también puede ser, allá. Esther Diaz, la gran filósofa argentina moderna, posmoderna, punk (a quien admiro con fervor) relata su vida; actúa su vida, revive su vivencia a partir de este documental biográfico que no puede decirse de él que busca ser contenedor. Más en busca desbordar. Por los márgenes desbordar, no por el centro.
Conferencias, epistemología, experiencias, drogas, máquinas, sexo, todo lo que hace ser, lo que llamamos una vida dada al riesgo mismo de vivir. El documental cuenta una parte de la vida vivida y gozada. Vivida con sus altibajos. Gozada por la experiencia.
La estética reina. Reivindiquemos al plástico de lo moderno. Los monólogos son exquisitos, las citas de los textos también. Se puede oír fragmentos del Anti Edipo, Más Allá Del Bien Y Del Mal. Pero…como todo comienza con y en el verbo (que se hizo carne), el nacer de esta obra es nuestra filósofa filosa contando, narrando[nos] en primera persona una anécdota, una vivencia.
Como el metal que brilla y sabemos que corta. Y sin embargo nos dejamos embelesar por él. Como el mismo Deseo, como el gozo, como el placer.Así es este docu. Así es la vida de Ella. Así es la vida de hotel.
El deseo como rector y mentor. El darse a su fuerza penetrante y carnal como una cesión de acciones y derechos; como un desvincularse de la rigidez de siempre estar en la pose de un “yo”.
Esther Diaz es su propia arquetipo. Es su propia molde. Es su propia trascendencia. Es su propio desborde y su novedad. Va ganando nuevas fronteras, las construye. Se construye. Se deconstruye y vuelve a modelarse. Experimenta, recorre, camina, cuenta, escribe, comparte el pan del conocimiento.
Por eso no se puede ni se debe decir que este panorama de su vida realizado en el año 2018 por Martín Farina, tenga “un final”. Al contrario, es un cierre que nos invita, nos induce, nos inclina a conocer las páginas que nos regala esta escritora, entre las rendijas de su voz en conferencias, a la pensadora por excelencia de nuestra tierra, de la juventud sensorial de nuestras pieles, de nuestra rebeldía carnal y de nuestra no pertenencia acérrima: La Doctora, La Filósofa, La Epistemóloga y La Escritora en Esther Díaz, Mujer Nómade.