Por Javier Carrizo
@javiercarrizo_cine
ESTRENO INTERNACIONAL
FICHA TÉCNICA:
Título original: Gladiator II/ Año: 2024/ Duración: 148 min./ País: Estados Unidos/ Género: Acción. Aventuras. Drama/ Dirección: Ridley Scott/ Guion: David Scarpa. Personajes: David Franzoni
Reparto: Paul Mescal, Denzel Washington, Connie Nielsen, Pedro Pascal, Joseph Quinn, Fred Hechinger, Lior Raz, Derek Jacobi, Peter Mensah, Matt Lucas.
Música: Harry Gregson-Williams// Fotografía: John Mathieson/ Compañías: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; Scott Free Productions, Red Wagon Productions, Paramount Pictures./ Distribuidora: Paramount Pictures
Casi veinticinco años después de la exitosa ganadora del Oscar, por algún motivo u otro, el inagotable Ridley Scott estrena la secuela de la premiada por la Academia de Hollywood.
En continuidad con los hechos de la primera entrega, la ahora protagonizada por Paul Mescal (el actor de la sobrevalorada Aftersun), Pedro Pascal, Denzel Washington, y Connie Nielsen, encuentra en esta última el puente cronológico que le da encadenamiento histórico respecto de la primera parte.
En la consigna del mandato narrativo que aburre, Lucius Vera (Mescal) irá de menos a más en su camino del héroe de la trama de venganza. El hijo de Máximo Décimo Meridio (Russell Crowe), es un oficial del ejército de Numidia, una provincia africana que Roma invade con sus barcos desde el océano. En una secuencia inicial inspirada en El Señor de los Anillos y Juego de Tronos, la breve, anunciada por su conclusión, y espectacularizante batalla, otorga como resultado la muerte de la esposa del interpretado por Mescal, en manos de los invasores liderados por Marcus Acacius (Pedro Pascal). El protagonista es esclavizado por el ejército romano, y solo sus dotes como gladiador le darán la libertad.
La semblanza de Lucius y su devenir, transcurre en un previsible relato adornado de una destellante propuesta artística que ayorna la escenografía interior y exterior, en el mayor acierto de la producción que se complementa de un vestuario que también sabe hallarse a la altura. El arquetipo del “camaleón” (ayuda y traiciona al héroe), Denzel Washington, en una de sus últimas participaciones cinematográficas, comprende una auspiciosa relevancia en la trama principal, y quien parecía el antagonista queda a un lado para que las sorpresas se esfumen en una pobre y sumisa exposición.
Lo que a principios de este siglo fue una sorpresa, hoy en día ya no lo es. El melodrama lavado exhibe en su aventura épica, una crónica disconforme para el espectador heterogéneo, y entretiene con lo justo a su sucedáneo homogéneo, que sin grandes exigencias, digiere sus pochoclos ante una ceremonia activa, que requiere la redirección de la mirada, en planos diseñados con gran cantidad de elementos visuales que componen el mismo.
En estos días calurosos, Gladiador II y su extensa duración, se convierte en una buena excusa para gozar en el cine, de un fresco ambiente con aire acondicionado.