Por Juan Ignacio Villano
Título original: Good Luck to You, Leo Grande
Año: 2022/ Duración: 97 min/País: Reino Unido
Dirección: Sophie Hyde/ Guion: Katy Brand/ Música: Stephen Rennicks/Fotografía: Bryan Mason
Reparto: Emma Thompson, Daryl McCormack, Isabella Laughland, Charlotte Ware
Productora: Genesius Pictures, Cornerstone Films
El cuerpo envejece y la vida se va con cada segundo que pasa. ¿Podemos amarnos a nosotros mismos a lo largo del tiempo? Se requiere voluntad ardua y duradera. Donde dejamos el ego, ahí en los recovecos del alma; apreciarnos para así disfrutar con el otro, esa es la tarea a realizar.
Buena suerte, Leo Grande (2022) es la película más reciente de la realizadora Sophie Hyde. La historia se sitúa en dos personajes, Nancy (Emma Thompson) y Leo (Daryl McCormack); ella, una mujer mayor y él, un joven apuesto. Nancy contrata los servicios de Leo, el cual es un trabajador sexual. Así, a través de varios encuentros en la habitación de un hotel, forman un vínculo que va más allá del deseo y placer corporal. Comprensión, amor y la idealización de las relaciones de pareja, forman un cóctel lleno de drama y comedia.
Las risas resuenan entre espectadores con el visionado de esta obra. Los diálogos son locuaces e inteligentes. Dotados con gran habilidad desde el guion. Lo que comienza con incomodidad, se transforma en una conexión amorosa muy interesante. Esto, obviamente, acompañado de la capacidad actoral del dúo protagónico. La química se establece y forma de manera sutil y efectiva. Acompañado por una puesta de cámara base que conforma la totalidad de las escenas. Cada encuadre y movimiento (tanto de cámara, como corporal) se vinculan para concretar las ideas generales y cómicas de la película.
Por la parte del drama, las situaciones cargan con un peso gigante. En el buen sentido, se viven penuria; primero las de Nancy y luego las de Leo. A medida que avanza la trama, se conocen los secretos y espacios oscuros de cada uno. Factores que luego les juegan en contra, cuando ya sobrepasaron la frontera de la privacidad. Abandono y desinterés, lazos que se rompen. Todo cumple un rol clave, para empatizar y comprender a los personajes.
Se utiliza un único espacio en, casi, toda la obra. Un claro ejemplo de que a veces menos, es más. Digno de una propuesta simple, pero no por ello burda, se aprovecha al máximo el recurso narrativo y actoral, dentro de las cuatro paredes de la habitación. Inclusive los cambios lumínicos y climáticos construyen la idea emocional de los dos personajes. Lluvia, sol y el ruido de una la ciudad, ayudan a reflejar los sentimientos de ambos.
Ahora, los temas centrales de la historia son aquellos respectivos al envejecimiento, los cambios que esto conlleva, la pérdida de cariño a un hijo y el difícil trabajo de amarse a uno mismo. Nancy intenta volver a sentirse joven, y Leo quiere lo mismo para ella; eso es lo que ofrece con su “servicio”. Pero esto no se queda solo en dicho aspecto, sino que avanza en una relación un tanto imposible, pero que luego se hace verdadera. No se teme mostrar el sexo de la manera más verídica y humana posible, además de los cuerpos desnudos y no hegemónicos. Con solo una mirada en el espejo, todo puede cambiar.
Buena suerte, Leo Grande no es una simple comedia que se ve y al poco tiempo es olvidada; sino que deja pensando cada espectador. Prepara a los jóvenes para la vejez y tranquiliza a los viejos hasta llegar a su punto final. Disfrutar no tiene límite de edad, es algo para todos y todas. Mirarse con el otro y darse cuenta de que la relación es un ida y vuelta, donde siempre se reparte el cariño dado.
Buenas noches y buena suerte.