Por Javier Carrizo
IG: nada_pasara_
FICHA TÉCNICA:
Título original: Calcinculo/ Año: 2022/ Duración: 90 min./ País: Italia/ Género: Drama/ Dirección: Chiara Bellosi/ Guion: Luca De Bei, Maria Teresa Venditti/ Música: Fabrizio Campanelli, Giuseppe Tranquillino/ Fotografía: Claudio Cofrancesco
Reparto: Gaia Di Pietro, Andrea Carpenzano, Barbara Chichiarelli, Giandomenico Cupaiuolo, Francesca Antonelli, Alessio Praticò, Paola Tintinelli, Claudia Salerno, Germana Petavrachi, Rachele Petavrachi
Compañías: Central Productions, Tempesta
“En una volátil e imprevista madurez”
Es cierto que crecer repentinamente se asemeja a volar, y esa sensación es la misma que se reconoce al experimentar el pasatiempo que implica subirse a una silla voladora.
La analogía está dada, y es eso lo que Chiara Bellosi connota con lo que la narración alberga para con su nuevo film.
La película más sensible y humana que se presenta durante la 9na Semana de Cine Italiano en Buenos Aires, cuenta durante una intensa hora y media, lo que sucede a partir de la llegada de una feria con juegos de entretenimiento, que se instala delante de la casa de Benedetta, la protagonista adolescente de quince años, que sufre un trastorno en la conducta alimentaria.
La joven actriz Gaia Di Pietro, encarna a una estudiante de secundaria que es excluida por obesa, por parte del círculo social que la rodea. Un día conoce a Amanda (Andrea Carpenzano), una chica trans que vive en un motorhome, y decide acompañarla en sus adultas aventuras callejeras, forjando un lazo de amistad que se entabla como novedoso e inquebrantable.
En su tercer largometraje, Bellosi toma la idea y el guion de María Teresa Venditti y Luca De Bei, luego de encariñarse fervorosamente de sus personajes, al punto tal de no querer que sea otra persona quien los dirigiera.
Ese enamoramiento por los mismos, es completamente plausible en la puesta en práctica, de modo que la jerga audiovisual se articula con total naturalidad con el desempeño de las actrices, en un ecuánime y distinguido boceto, que consigue un alto grado de afinidad con el espectador.
A partir de la sensibilidad que se interpreta, y por la posibilidad de que la historia condense peripecias realistas, durante el relato aumenta la responsabilidad de quien percibe con un detenimiento cada vez mayor.
Ese pacto por llevar a la pantalla grande, mundos auténticos y reales con un importante grado de conciencia social, conmueve en los aspectos humanos, a una comunidad que tiene a sus pies la condición de reflexionar sobre lo que en la película acontece.
Ese crecer de golpe que le permite a su protagonista sentir lo mismo que si estuviera sobre una silla voladora, no la sorprende solo a ella, ya que la directora se impone el deber de presentar una de las mejores películas del ciclo en cuestión, como si madurar involucrara a quienes también se comprometen con la emotividad de este hermoso film.