Por Vanina Suárez
Vaninagsuarez@gmail.com
Origen: Argentina
Duración 70 minutos
Ficha técnica:
Dirección y guion: Ernesto Fontan/ Producción: Ernesto Fontan, Juan Pablo Di Bitonto/ Idea original y entrevistas: Paola Renata Gallo Pélaez/ Producción ejecutiva: Tatiana Nemecek/ Director de producción: Gabriel Baradaco/ Dirección de fotografía y cámara: Bruno Scarponi/ Sonido directo: Marcos Coria/ Foto fija: Catalina Gallo Peláez/ Música: Roly Berrio y Mariano Otero
Tarará, la historia de Chernobil en Cuba, es la ópera prima de Ernesto Fontan y que fue Declarada de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación. A partir de que se cumplieran 60 años de la Revolución Cubana el director realizó una investigación para llevar a cabo un proyecto donde se pueda vincular la solidaridad de dicho país desde el Espacio de la Fraternidad Argentino Cubana, del cual pertenece; allí apareció la historia de Tarará, una ciudad y un proyecto poco conocido en general.
A partir de que en 1986 explotara la central nuclear de Chernobil en Ucrania, desastre que afectó a gran parte de Europa, miles de niños diagnosticados por enfermedades derivadas del impacto como leucemias o tumores no encuentran respuesta en su país ni quien se haga cargo de las consecuencias que la radiación dejó en ellos. Por otro lado Cuba se prepara para la caída de la URSS, su aliado sociopolítico y teme la ruptura del campo social que logró formar con ese aliado.
Miles de niños ucranianos encuentran en un programa de salud que impulsa Cuba para sanarlos, la única respuesta mundial que tuvieron. Tarará era un barrio de casas residenciales que estaban abandonadas luego de la llegada de la revolución, allí Fidel decide instalar una comunidad médica y a los miles de niños ucranianos que buscaban una solución para su salud. Padres, médicos e incluso traductores convergen en una comunidad que, además, intenta brindarles educación y que no se pierda la cultura de sus raíces.
A través de relatos de sus protagonistas, algunos de esos niños que hoy son adultos y se radicaron en Cuba, médicos que participaron de la comitiva, la misma hija del Che Guevara y Silvio Rodríguez, el trovador que acompaña las políticas de la revolución Cubana, entre otros, construyen con sus testimonios una historia casi desconocida. A través de explicaciones sociopolíticas de las decisiones que Cuba plasma cuando apela a fortalecer su sistema médico y las capacitaciones de sus profesionales, y de cómo toma la decisión de intentar salvar a miles de niños ucranianos que habían sido desahuciados por su propio país y gran parte de Europa. Tarará es la punta del ovillo para explicar la fraternidad cubana, aun con el enorme peso del bloqueo económico mundial por tener ideas diferentes, resistiendo desde su lugar en el mundo.