Por Vanina Suárez
Vaninagsuarez@gmail.com
Origen: Francia
Puntaje: 9/10
Ficha técnica:
Dirección/Guion: Céline Sciamma/ Música: Para One, Arthur Simonini/ Fotografía: Claire Mathon
Reparto:
Noémie Merlant, Adèle Haenel, Luàna Bajrami, Valeria Golino, Christel Baras, Cécile Morel, Armande Boulanger, Michèle Clémen
La cinta tuvo su estreno en Europa pero recientemente llega a nuestro país luego de la pandemia. Retrato de una mujer en llamas es una película francesa del 2019, dirigida por Céline Sciamma y que ha sido galardonada con diversos premios.
Marianne es una pintora que arriba a un lugar contratada para retratar a una joven recién salida de un convento y de nombre Héloise. A pedido de la madre de la ex novicia, la artista deberá realizar el cuadro sin que la retratada se dé cuenta, ya que se opone a ello y al posible matrimonio que vendrá después de que esa obra llegue a manos de su futuro marido.
Ambas, entre charlas y lecturas, formarán una amistad profunda que irá más allá de dos mujeres del siglo XVIII con una visión de la vida diferente a lo que se creía convencional. Desde el primer momento, la cinta plantea a dos mujeres cuestionadoras de las normas; claro está que no es sencillo apoyar ciertas causas casi 3 siglos atrás pero tanto Marianne al ser artista, replantearse la posibilidad de no casarse por el momento o Héloise, que aun siendo obligada a ocupar el lugar que dejó su hermana fallecida, se rebela negándose a ser pintada o leyendo antes que bordando. Además, ambas acompañan a la sirvienta, con quien forman un triángulo sororo distanciado de las cuestiones de clase, siendo un grupo de mujeres congéneres que se escuchan, se
divierten y se acompañan.
Marianne comienza su relación con Héloise desde el engaño, ya que acepta ser su retratista sin que ella lo supiese, convirtiéndose en una falsa dama de compañía para una mujer que recién salida del convento está casi sola en un paraje alejado y olvidado. Así y todo nunca deja a un costado la comunión que va más allá de las barreras del género.
A través de las lecturas, de charlas, de salidas e incluso del acompañamiento, las protagonistas vivencian un amor sublime, alejado del erotismo chabacano y cercano a ese erotismo que solo se refleja en la conjunción de las pieles cuando de ellas brota el amor, aunque ni siquiera sea consciente para ellas.
Esa fusión que comienza como una amistad para luego transformarse en un vínculo irrompible, siendo el final parecido a despellejar la piel de ambas; aquel clima hostigado, oprimido, que las protagonistas vivencian, deja de ser una piedra en el camino cuando con total y absoluta libertad permiten fluir sus sentimientos y deseos sexuales. Estos, fueron acompañados por esa sororidad del comienzo y aunque el final sea otra vez un ahogo de emociones muy claras, tristes y desoladoras ambas saben que recordando a la otra pueden vivir con una gran expansión de los deseos.
Retrato de una mujer en llamas es una oda al feminismo, a las libertades personales o sobre los cuerpos propios y a la sororidad, bandera que acompaña al movimiento en estos últimos tiempos y que son plasmados con una habilidad cinematográfica impresionante. El amor entre dos mujeres, que antes de ello se vincularon, se conocieron, se acompañaron, no tuvieron más remedio que aceptar que este no era su momento pero siempre recordando ese amor como el más grande y hermoso estallido de la propia libertad.
