Origen: Argentina
Plataforma: Cine.Ar
Salas de Cine Gaumont
Duración: 69 minutos
Comedia/acción/suspenso
Ficha técnica:
Dirección y guion: Nicanor Loreti/ Música: Pablo Salas/ Fotografía: Mariano Suárez/ Dirección de arte: Catalina Oliva/ Sonido y música: Pablo Sala/ Productora: Boikot films, Otto films.
Reparto:
Moro Anghileri, Demián Salomón, Edgardo Castro.
Nicanor Loreti es un director de cine argentino distinto, que marcó un sello propio, particular y mordaz con sus anteriores producciones, tales como Kryptonita, Diablo o 27:el club de los malditos, entre otras. Se caracteriza por mezclar la acción, algo de ciencia ficción y la comedia en el conurbano bonaerense con un pulso en el que pocos logran llegar a un buen puerto.
Punto rojo, su nueva película que fue estrenada durante el último Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, es protagonizada por un sólido Demián Salomón, acompañado por la talentosa y cumplidora Moro Anghileri y un trabajo impecable del también director Edgardo Castro (Las ranas, La noche). Con una imponente dirección de fotografía, que trabaja los colores, la puesta en escena, y el blanco y negro con los flashbacks, Punto rojo relata la historia de Ladilla (Salomón), un personaje del que poco sabemos al comienzo e iremos conociendo paso a paso con el transcurrir de la historia. El protagonista está sentado en un auto, en el medio de la nada escuchando un programa al estilo magazine y tratando de participar de un concurso de preguntas y respuestas sobre su amado Racing. Mientras se intenta comunicar con la producción de la emisora, cae sobre el capot de su auto un cuerpo desde el cielo y se encuentra con una mujer casi salida de una película futurista de ciencia ficción, encarnada por Anghileri. No conviene relatar mucho más de lo que sucede para no develar la trama en sí, pero la voz en el teléfono de la Chancha que teje mucho de los hilos que suceden y Nesquik (Edgardo Castro) complican y solucionan algunas de las cosas que van sucediendo.
El fuerte de la película es partir de una situación simple que alude al fanatismo futbolero para plasmar situaciones mafiosas conectadas al absurdo, al humor y al cine lúdico, ya que es como un juego de situaciones disparatadas que se encadenan unas tras otras.
Fiel a su estilo, Loreti trae una película distinta para el cine, rendidora a pesar de la escases de recursos y que con muy pocas locaciones logra recurrir al recurso del flashback y la dirección de fotografía para mantener la tensión y el hilo de los hechos. Una producción que se disfruta y a la que se le nota conocimiento del cine y mucho amor por lo que se hace.