por Sebastián Stanicio
Puntaje: 8/10
Ficha técnica: Protagonistas: Sacha Baron Cohen, Joseph Gordon-Levitt, Eddie Redmayne, Yahya Abdul-Mateen II, Mark Rylance, Frank Langella. Guión y dirección: Aaron Sorkin. Producción: Dreamworks/Amblin/Paramount y otras
La película narra el juicio llevado a cabo por el gobierno federal de EEUU contra 7 manifestantes de distintas agrupaciones políticas. Todos acusados por los violentos disturbios que se produjeron en Chicago en 1968, en medio de las protestas contra la guerra de Vietnam y durante la Convención Nacional Demócrata.
El film es entretenido y dinámico. Sorkin es, por sobre todas las cosas, un gran guionista. Las 2 horas que dura se hacen muy llevaderas, y para lograrlo su director hace uso de varios recursos, que no son novedosos, pero están correctamente puestos al servicio de la narrativa: flashbacks y saltos temporales, mechados con imágenes de archivo de los eventos reales, montajes muy bien musicalizados, diálogos ingeniosos y precisos (una marca registrada de Sorkin) y algunos toques de humor bien colocados para aliviar momentos de mucha tensión. El uso de esos recursos ya conocidos están bien dosificados y colocados en el lugar indicado sin abusar de ellos; aunque el gag del juez algo senil que confunde los nombres por momentos es reiterativo y cansa.
El rubro actoral es impecable, destaca desde ya Sacha Baron Cohen (una justa nominación para los Golden Globe), que tiene una presencia hipnótica, y si bien se le da mejor la comedia, en los momentos en que debe ser solemne tampoco podemos sacarle los ojos de encima. No se queda atrás Mark Rylance, interpretando un abogado un poco desprolijo pero tan creíble, que nosotros mismos lo contrataríamos sin dudarlo. El gran Frank Langella nunca falla, aunque esta vez le haya tocado un papel un poco caricaturesco, y Eddie Redmayne cumple y es preciso en su interpretación.
El resto del elenco acompaña muy bien y están correctos cada uno en su rol, pero a mi entender Joseph Gordon-Levitt y Yahya Abdul-Mateen II están desaprovechados. Este último interpreta al líder de la Panteras Negras, y como tal, se podría haber usado muchísimo más para contar el racismo durante esa época aunque la película fuese por otro lado (y nos quedáramos con ganas de su discurso). Y a Gordon-Levitt le quedó chico el papel del fiscal con conciencia moral. Es un trabajo que lo haría a la perfección pero en sus primeros años de carrera; ahora, con todo el kilometraje que tiene a cuestas, puede hacer roles más jugados.
En definitiva, una película redondita, con mensaje y bajada de línea, que a pesar de durar 2 horas, es entretenida y muy recomendable para quienes quieran conocer este particular episodio de la historia norteamericana.
Disponible por Netflix