Un retrato antropológico sobre el deseo y los sueños
Por Vanina Suárez
vaninagsuarez@gmail.com
Origen: Argentina-Paraguay
Duración 74 minutos
Ficha técnica: |
Dirección: Mario Verón/ Asistente de Dirección: Octavio Yain Romero/ Juan Manuel Zaldua/ Montaje: Javier Di Pasquo / Director de fotografía: Pablo Bruzzone/ Asistente de DF: Carolina Sejas/ Foto fija: Bárbara Raiker/ Asistente de producción: Johanna Paramos Santalucía/ Cámara: Mario Verón, Octavio Yain Romero/ Postproducción y diseño sonoro: Sakio Hiraiwa/Corrección de color: Juan Manuel Zelada/Producción ejecutiva: Osvaldo Ortiz Faiman
Reparto:
Fidel Cantero, Érico Cantero, Enrique “Yuka” Caballero.
Fidel es un niño paraguayo de 12 años que viaja a Misiones para trabajar como peón en un campo; allí conoce a Che, un caballo con el que correrá para ganarse unos pesos más y enviárselos a su madre en Paraguay. Mario Verón, el realizador de este documental, retrata de una manera intimista la vida de un niño, que casi como un hombre, transita su preadolescencia trabajando de manera precarizada y remarca la desigualdad por la que atraviesa tanto él como otros campesinos frente al poder de enormes empresas multinacionales.
Fidel niño valiente no deja de ser un trabajo antropológico llevado al cine, filmado en parajes rurales de Misiones y con lugareños que hacen de actores sin serlos. El niño, casualmente llamado Fidel, es fanático de Maradona y casi en un sueño épico (sin mencionarlo) pareciese que es el referente que desea alcanzar, un Diego que emergió de un barrio humilde para convertirse en el mejor jugador de futbol de la historia y, además, cumplir su sueño. Así mismo, el caballo que lo seduce y con el cual corre se apoda Che, otro referente que, quizás casualmente, alude a la lucha de los sueños.
Este trabajo documental es una pieza audiovisual que se va construyendo con el transcurrir de los minutos y que incluso, sin un final acabado, genera en el espectador el trabajo de ponerle piezas, espacios, también sueños y esperanzas, a la vida de Fidel.
La película no cae en estereotipos ni en golpes bajos, no hace de las carencias del personaje un agujero doloroso y sin fin, sino que desde allí parte para llevar al espectador y mostrarle fragmentos de un mundo, en el que todos estamos sumergidos, pero que a veces es poco visibilizado. Los planos cortos, el sonido ambiente y el respeto por los silencios tienen un lugar en la cinematografía que no es casual sino que plasma en imágenes sensaciones que quedan abiertas para que cada espectador los llene.
Fidel es un jinete que monta su propio sueño, quizás la concreción del mismo vaya realizándose al andar, su sueño no tiene grandes vericuetos pero como todo sueño tiene algo de utópico que es movilizado por la pulsión, el deseo.
La pobreza, la migración, la explotación infantil, la amistad, el amor al prójimo y la libertad son los patrones que más se realzan en la película. Este es un film que terminará de construirse según lo que cada espectador haya percibido de Fidel.