Dos espacios educativos gratuitos de formadores en la realización audiovisual, creados por la Secretaría de Cultura y Educación de La Matanza y que está pronto a iniciar su ciclo lectivo 2021.
por Vanina Suárez
vaninagsuarez@gmail.com
Conversamos con Gustavo Winkler, uno de los coordinadores y docente del espacio
¿Cuándo y dónde surge la idea de enseñar cine a gente del conurbano?
¡MATANZA VAMOS A FILMAR! nace en 2013 cuando, por una iniciativa de los que pertenecemos al Festival Internacional de Cine de Tapiales, llevamos a la Secretaría de Cultura y Educación de La Matanza la idea de realizar un taller de cine dentro del territorio matancero.
La idea fue de que el cine y la posibilidad de hacerlo esté dentro del territorio y de esta forma vincularlo con la comunidad y el vecino de La Matanza; cosa que trascendió porque si bien esa fue la idea inicial, al ser un espacio de cine gratuito, público y sin límites de edad, también hubo compañeros de otros lugares, incluso de CABA, que asistieron a nuestros talleres y tuvieron sus primeras herramientas en lo audiovisual.
Todo nace de nuestra experiencia como estudiantes de cine, para ello tuvimos que viajar siempre a CABA donde se encuentran la mayoría de las escuelas de cine. En lo personal estudié en la ENERC (principal escuela dependiente del INCAA), finalmente una vez que egresé tuve que realizar una licenciatura en la enseñanza de audiovisuales en la UNSAM y el título me posibilitó hacer un proyecto educativo que se pueda presentar desde el TAFIC (Festival de Cine de Tapiales) hacia la Secretaria de Cultura y Educación de La Matanza; y ese proyecto era justamente llevar el cine a los barrios, a la comunidad y de esa forma que todos los vecinos, la gente de La Matanza tuviese la oportunidad de hacer su primer cortometraje
¿Quiénes te acompañan enseñando en el espacio?
El espacio está constituido por algunos profesores, el que más tiempo lleva desde que se presentó el proyecto soy yo pero en los primeros 7 años me acompañó Julio Caloggero que actualmente es un coordinador de la Secretaria de Cultura y Educación de La Matanza. Se nos sumó un alumno, estudiante del primer año, que ni bien terminó nuestro taller empezó a hacer su primer estudio cinematográfico académico dentro del ISER y se recibió hace algunos años como guionista. En ese momento ni bien egresó decidimos sumarlo al equipo para que también pueda hacer sus primeras experiencias educativas como adjunto de guión. En la actualidad somos dos docentes, me mantengo como el titular, Ignacio Ramírez acompaña con guión y Julio nos ayuda desde el área de coordinación.
¿Qué contenidos aprenden los alumnos del taller? ¿Y cómo están organizados los diversos niveles?
Los contenidos que aprenden en el taller son desde la historia del cine: los pioneros hasta la actualidad dentro de un formato histórico. A partir de ahí continuamos con la producción cinematográfica en formato cortometraje, para ello empezamos con lo que sería guión, estructura narrativa y en este proceso cinematográfico seguimos con la producción en las diversas áreas: dirección, plan de rodaje, guión técnico, story board, plantas. Desde el área técnica con el conocimiento de las cámaras y los equipos de sonido; desde la producción cuando ya empezamos con la iniciativa en la búsqueda de locaciones, armado de equipos técnicos, armados de equipos artísticos. Allí trascendemos y nos diversificamos para lo que sería el área de arte; también para el armado de carpetas de producción y cómo podemos llevar a cabo todas estas tareas. En ese momento nos dividimos y asumimos roles. Luego comenzamos la etapa de rodaje y posteriormente la de postproducción.Una vez terminado el cortometraje, el corto del nivel 1 va a ser proyectado en el Festival Internacional de Cine de Tapiales en la sección MATANZA VAMOS A FILMAR y esta exhibición es para todo el público. Así mismo para otros festivales en su forma de distribución, eso ya cuenta por parte de los estudiantes de nuestro taller.
En la etapa 2 la organización ya viene con la experiencia del nivel 1 y aquí el espacio es llamado MATANZA FILMA, los estudiantes empiezan a realizar proyectos que son más personales. Ya no es el cumplimiento de hacer un cortometraje sino realizar algo arriesgándose a que sea más personal, formando sus propios equipos y grupos. Cuentan con una conexión y afinidad que va en cada uno y los incentivamos a que tengan una iniciativa al estilo productora audiovisual comunitaria; con un enfoque para que lo que filman sea con lo que cuentan en su territorio o contexto. Entonces, si bien no hay especificidad en el género, pueden elegir documental, terror, experimental, social, drama, comedia, lo importante es reconocer lo que se tiene a mano dentro del contexto social que vive cada uno y que en general es aquí en el territorio matancero. De esta manera pueden llevar a cabo esa producción audiovisual. También con el objetivo de proyectarlo en el TAFIC y en otros festivales nacionales de cine.
Después de todo el 2020, las clases virtuales y la imposibilidad de realizar una actividad que es casi impensada de manera no presencial ¿cómo les resulta enseñar a filmar en épocas de pandemia y por zoom?
Fue todo un desafío el año 2020 para cualquier tipo de clases educativas en todos los ámbitos (terciarios, primaria, secundaria, talleres) pero eso no nos detuvo porque con la llegada del COVID a nuestro territorio era de suma importancia mantener toda la prevención sanitaria para que no haya ningún tipo de foco de contagio, y todos nos mantengamos dentro de los protocolos de aislamiento. Para las clases virtuales fue fundamental empezar a hacer cine desde ese punto de vista manteniendo protocolos.
Enseñar cine no solo radicar en tener que estar en un rodaje, lo importante acá es que es un proceso integrador que nace desde la idea y desde el compromiso de que lo que tengo, lo que quiero hacer y quiero expresar de manera audiovisual sea visto por otras personas; pero no es necesario que eso sea una decisión de uno sino consensuada en el grupo: el cine es colectivo y es en grupo. Entonces, fue muy importante que tengamos que estar siempre conectados no solamente con la herramienta de zoom sino en nuestro grupo de Whatsapp, ese grupo fue importantísimo para que estemos comunicados y unidos para mantener el compromiso, y el de los estudiantes con los contenidos para poder llevarlos a cabo. También para asesorar ante cualquier duda que pudo haber surgido y eso fue una de las cuestiones determinantes para las clases en el 2020 y que vamos a estar continuando durante este año.
Obviamente que filmar en épocas de pandemias y por zoom tuvo sus limitaciones pero no son limitaciones que no hayan permitido mantener la creatividad sino todo lo contrario. Justamente estas limitaciones nos permitieron buscar la creatividad y las formas de contar nuestras historias dentro del contexto de la pandemia. Así que tuvimos guiones y producciones muy originales y que hablaban de la época pandémica y dentro del contexto regional, que es importantísimo porque es la mirada de una época que estamos presenciando ahora.
Fue muy importante conocer los protocolos de filmación que se utilizan en todos los países actualmente y cómo todos los estudiantes desde su propia iniciativa se adhirieron a ellos para llevar adelante sus propios proyectos. Terminamos ese año exhibiendo de manera virtual en el TAFIC 10 cortometrajes de los talleres de MATANZA VAMOS A FILMAR y MATANZA FILMA; lo cual fue una muy buena noticia y ahí se vio el compromiso de nuestros estudiantes con el cine
¿Qué recorridos u oportunidades puede tener un alumno que termina los niveles que ofrecen ustedes?
Una de las cosas más importantes de este taller es que primero no es un taller académico, no tiene exámenes, parciales, ni notas; está por fuera de las calificaciones, es un compromiso individual de aprender y llevar eso a la práctica.
Entonces, cada alumno que termina el nivel y se va a sentir cómodo según el contenido o los distintos procesos de aprendizaje, va a elegir dónde está más cómodo o qué proyecto va a querer realizar por motus propio o con las personas que él elija, estén o no dentro del taller (vecinos, gente de la comunidad).
Eso es una semilla, un germen que permitió que crezca lo que se conoce como la RED AUDIOVISUAL DE LA MATANZA. Cada estudiante que egresó del taller ha decido seguir la producción audiovisual superando lo comunitario pero manteniendo lo independiente y hacer otro tipo de filmaciones, de proyectos y vincularse un poco más profesionalmente dentro de la industria audiovisual o cinematográfica. Nacieron nuevas productoras, estudiantes que pusieron su propio sello y pudieron acaparar otro tipo de registros: documentales, videos sociales, videos musicales, el cine mismo y otros tipos de formatos audiovisuales. Esto para diversos medios que pueden ser los más tradicionales o para formatos más actualizados como el Streaming.
Así es como fue superador que ese compromiso que nació de asistir al taller y de engancharse con nuestras clases terminó después con que el estudiante sea un artista, un profesional del cine independiente y que se anime a contar sus historias y a expresarse desde el lenguaje cinematográfico.
¿Quiénes pueden inscribirse en los talleres?
Los talleres son para todo el público, no tenemos límite de edad solamente ponemos de forma sugerente que sea a partir de los 16 años porque implica tener un conocimiento abarcativo sobre lo que es la cultura o algunos conocimientos que exige tener saberes previos. Nada excepcional pero se requiere una base, sobre todo para poder llevar a cabo las clases y los contenidos. No es una limitación la edad sino que disfruten las clases, que les interese el cine y saber cómo se hace cine. No hay límites en relación al lugar de dónde vienen, incluso de otros partidos y con la modalidad virtual asistieron de otros países porque les gustó el taller y aprovecharon.
Trascendemos los contextos territoriales, el taller es para todo el que le guste. No son clases pagas, es un taller gratuito de la Secretaria de Educación y Cultura de La Matanza. Así que en ese aspecto es para todos los que quieran asistir y comprometerse en el horario, que son los sábados a partir de las 16h. Ese sería el único requisito: que tengan compromiso de asistir a las clases.
También es muy buena la comunicación, que tengan whatsapp o sepan usar las herramientas virtuales básicas para mantener el vínculo por fuera de la clase. Para asistir lo más importante es tener ganas de aprender a hacer cine.
Además de con Gustavo conversamos con David Ibarra, alumno egresado del taller.
¿Cómo ha sido tu experiencia en el taller? ¿Qué aprendiste?
Fue mi primera incursión en el mundo audiovisual y adquirí una experiencia única que me sirvió de base para una exploración infinita en este universo. Por empezar en el taller conocés a personas que aman lo mismo que vos amás o películas, series, documentales, y establecés una red de conocimientos con tus compañeros y profesores que te servirán muchísimo para la creación del proyecto.
Aprendés, además de los contenidos que ves en clase con los profesores, a trabajar en equipo; esta es una condición necesaria para llevar adelante cualquier proyecto ya que es un esfuerzo mancomunado, cada integrante aporta lo que tiene y puede conseguir: una locación, sonido, vestuario, utilería, amigos que quieran actuar. Todo cuesta muchísimo coordinar y llevarlo adelante, por eso ver el proyecto terminado en pantalla grande es una satisfacción única.
Una vez que filmaste los cortos, trabajos finales del taller ¿dónde pudiste participar con ellos?
Todos los cortometrajes que te mencionaré fueron codirigidos por la compañera que conocí en el taller: Patricia Mónica Loyola, también guionista de estos cortometrajes. Recuerdo que el primero fue titulado “Mi nuevo vecino” (2017) una comedia negra que participó en el Festival de Cortometrajes de la localidad de Hurlingham; también se presentó en el ciclo de cine de Multiverso de Avellaneda y al año siguiente fue presentado en la Feria del Libro de La Matanza. Luego en el 2018 hicimos “Mi demonio” un cortometraje de suspenso-terror con el que participamos en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre, en el Festival de Cine Inusual de Buenos Aires y en el Festival Sarmiento Sangriento en el cual fue reconocido por el voto del público. Al año siguiente, 2019, realizamos el corto “Antes del invierno” drama-terror, que también participó en el Festival Sarmiento Sangriento logrando nuevamente el reconocimiento por el voto del público.
Cabe mencionar la realización de dos videos minutos que fueron seleccionados y presentados en el Festival Internacional de Cine sobre trabajo: “Happy Face” y “Terra mortuun”. Y me estaba olvidando de un cortito de 35 segundos “Un deseo… un encuentro” para “Lados cultura urbana”. En el 2020 por la pandemia del Coronavirus realicé un video minuto en el marco del Taller Municipal de Cine MATANZA FILMA que luego los profesores lo juntaron y armaron un cortometraje colectivo con los videos minutos de todos los compañeros participantes.
¡MATANZA VAMOS A FILMAR! Y ¡MATANZA FILMA! Son espacios educativos gratuitos que enseñan cómo se filma y qué es el cine. Es un taller de apasionados para apasionados. Es la oportunidad de aprender con gente que sabe, ama al cine y brinda oportunidades.
No se lo pierdan
El taller tiene las inscripciones abiertas hasta el próximo viernes 23, los interesados pueden comunicarse con las redes sociales de la Secretaría de Cultura y Educación de La Matanza.