Por Vanina Suárez
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Puntaje:7/10
Ficha técnica:
Dirección: Martín Desalvo/ Guion: Francisco Kosterlitz en colaboración con Martin Desalvo/ Fotografía: Nicolás Trovato/ Dirección de Arte: Daniela Podcaminsky/ Dirección de Sonido: Federico Esquerro/ Montaje: Paula Rupolo
Música: Jorge Chikiar
El silencio del cazador es una película dirigida por Martín Desalvo, un reconocido director argentino con una consolidada carrera en programas televisivos como Amas de casa desesperadas, Mujeres asesinas, Pensar Malvinas, entre otros y en cine dirigió la maravillosa Unidad XV, relatando la odisea de 4 reconocidos peronistas detenidos en Río Gallegos; además en su filmografía están El padre de mis hijos, El día trajo la oscuridad y Las mantenidas sin sueños.
Esta cinta tuvo su estreno en la Selección Oficial Iberoamericana del Festival Internacional de Mar del Plata durante el 2019 y fue premiada con varios galardones en el Festival de Málaga. Protagonizada por un trío de actores compuesto por Pablo Echarri (El Kiosco, Plata quemada, El desvío, entre otros); Mora Recalde (Unidad XV, Juan y Eva), Alberto Ammann (Celda 211, Tesis sobre un homicidio, Narcos, etc.). Narra la historia de un guardaparque misionero interpretado por Echarri que se mete en la mismísima selva como parte de su actividad, y de manera sigilosa, junto a alguno de sus compañeros, lucha contra la caza fortuita de animales silvestres. Ese costado ecológico que le brinda su profesión está teñido por un temperamento calmo, dispuesto a atacar al enemigo, casi como si fuese una analogía con un animal. Guzmán está casado con una médica, oriunda también del lugar, interpretada por Mora Recalde y que recorre el terreno asistiendo a comunidades alejadas de los centros urbanos. A la pareja se le suma el tercero en discordia, interpretado por un genial Ammann, llamado El polaco y que es un ex novio de la mujer del guardaparque. En la disputa emocional se suma la personal, ya que este último es uno de los cazadores que Guzmán intenta atrapar desde hace tiempo.
Con el uso de planos cortos que producen un agobio incesante y necesario para la trama, una locación que por sí misma se convierte en un personaje protagónico: la selva, ya que sus colores, sus sonidos naturales y su enorme omnipotencia, denotan un conocimiento sobre todo lo que estos hombres están disputando.
La película, que es un thriller pero convertido en western a través de ese duelo de masculinidades y poder, tiene la osadía de utilizar la cámara en mano en muchos momentos, llevando al espectador a ser un testigo oculto de los hechos acontecidos. Con un trabajo supremo de fotografía (Nicolás Trovato) donde la composición saturada aporta ingredientes no solo visuales sino que ayudan a componer la narrativa.
Este triángulo amoroso en la pantalla tiene la particular de que todos los personajes, aun los más pequeños, son claves y significantes para lo que se narra. Se destacan las actuaciones de César Bordon (10 palomas, Luis Miguel, La noche de 12 años, etc) o Cristian Salguero (La patota, Marea alta, La creciente, etc.), solo por nombrar a algunos.
En los 103 minutos que dura la cinta subyace, de una manera continua y latente, la temática de que los hijos del poder marcan territorio en cualquier provincia de Argentina y que muchas veces no hay sistema que pueda contra ellos. La película logra trasponer esa problemática y dejar postura al respecto.
El film, que trata una temática poco recurrente en nuestro cine nacional, cuenta con una maravillosa dirección de actores, donde Echarri compone un personaje diferente al que nos tiene acostumbrados, Mora Recalde aporta su solidez actoral y Ammann impregna con su madurez profesional un villano que se esconde en cualquier esquina.
El silencio del cazador es una película que vale la pena ver en salas de cine porque a la importante historia y bien interpretada se le suman los sonidos y los colores que hacen que la selva te atrape desde el primer momento.