Por Vanina Suárez
La miniserie furor en Netflix
Donny es un comediante que trabaja en un bar, no encuentra espacios o la posibilidad más grande de llevar adelante su propio espectáculo y concretar su sueño. Un día, Martha aparece donde trabaja, le cuenta que es abogada para grandes y conocidos casos.
Al principio, él duda pero se da cuenta que su amiga no le miente. Comienzan a construir un vínculo del que Donny no puede salir. A ella se la nota efusiva, cariñosa y él justamente no está acostumbrado a las muestras de cariño.
Con el correr de los capítulos, conoceremos un poco más de la trama y entenderemos qué le sucede a Donny, por qué Martha pasa de ser una amiga a una acosadora y cuál es el motivo por el que no puede salir de la situación.
La serie construye narrativamente una mirada diferente sobre el acoso y las partes; así mismo, la estética por medio de los lugares y la paleta de colores junto a los planos elegidos juegan continuamente entre circunstancias bizarras y melodramáticas, hasta cómicas que finalizan al borde del llanto.
Razones por la que tenés que verla:
En general, una buena comedia encierra un enorme drama detrás, este es el caso.
Es corta, concisa y concreta. Pasa del absurdo, la ironía a dejarte con la mandíbula por el piso y el corazón estrujado.
Es una historia de «rotos» que encuentran ‘rotos» y en donde te replantea si en tu vida hacés o no cosas por esos otros.
¿Uno es lo que es o lo que hicieron con uno?
El capítulo 4 es brutal, despiadado, fuerte y doloroso. Justo la mitad de la serie para separar las aguas y mostrarnos en verdadero rumbo.