Por Gerónimo Rivera Cano
La perspicacia se encuentra en lo omitido. Lo dicho sin decir directamente. Evade lo obvio.
Para ser concreto: en las imágenes se siente el calor; en el sonido ambiente se oye el aullido de la selva, como un espectro siempre presente; en lo tonal de la voz se refuerzan las diferencias teológicas políticas de lo estratificado.
Por un lado borrachera, cigarrillos y lentes de sol; por el otro, darse, servir y recepción. Personificación del privilegio y excipientes del contraste economicolonial.
La paleta de colores pastel ronda entre el rojo y el verde. La presencia del vino, la presencia de la vida silvestre. La embriaguez y la extensión.
La sangre y la pesadez. La podredumbre, el vaho del sudor.
La ciénaga comienza con una metáfora clara: alrededor de una pileta arrastran reposeras. Un éxtasis cinético. Extático.
¿Es el calor que no los hace activar o es el dulce de leche exagerado de lo ocioso lo que hace pesarles la piel?
Está retratado en lo suspicaz: no importa que se pierda la sangre, importa las hortensias y el vestido de botones.
En el arte de Martel siempre hay un dejo de misterio. Un halo de magia. Un sabor erótico. Esoterismo. En este caso se agradece a la deidad por la presencia de una persona amada. Las diferencias son constructos sociales. El sentimiento iguala.
Un tanque de agua puede ser un altar también. Así como lo impío un dulce amargo. Las moscas que vuelan en círculos como la misma narrativa da propicio espacio a historias intrépidas como juegos en el cerro. Es un filme con mucha presencia corporal; cárnica. El arte de la directora hace brotar del sudor nacido, sensualidad; con un solo ojo la plana absoluta se desnuda en su totalidad.
Las armas las carga el diablo y también la futura masculinidad. La muerte huele a pantano. Canarios que trinan tristezas, penares. Grillos que no esperan la noche para regalar su serenata.
Es inclemente la búsqueda de sentido, de un mensaje claro y que estructure la lógica de si. Es para celebrar cuando no se nos sirve en bandeja estas dos cuestiones.
Triángulos amorosos, triángulos sociales; tensiones sin dialéctica en hilos de la vista… estancado. Lo concreto en este filme no es una parte del todo sino que es un todo en la parte. Decodificarlo sería develar su presencia. Sería emancipar a lo decadente de su intrínseca transformación, mutación, reverdecer.
La Ciénaga, dada al publico en el año 2001, Obtuvo ocho nominaciones por parte de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina y fue galardonada en el Festival de Cine de La Habana, Festival de Cine de Berlín.
Está disponible en plataformas como MUBI. La misma tiene una duración de 90 minutos. En su elenco forman parte grandes actrices como Mercedes Morán o Graciela Borges.