Por Javier Carrizo
IG @nada_pasara_
FICHA TÉCNICA:
Título Original: Margini/ Origen: Italia/ Género: Comedia/ Director: Niccolò Falsetti
Actores: Francesco Turbanti, Emanuele Linfatti, Matteo Creatini, Valentina Carnelutti, Nicola Rignanese, Paolo Cioni, Aurora Malianni, Silvia D’Amico, Zerocalcare.
Calificación: N/A/ Duración: 91 min./ Distribuidora: Fandango
Margini en italiano, la ópera prima de Niccolò Falsetti, desembarca en la 9na Semana de Cine Italiano de Buenos Aires, luego de haber sido parte de la Semana Internacional de la Crítica de la edición del pasado año del 79no Festival de Cine de Venecia.
En la misma y durante el año 2008, Edoardo, Iacopo y Michel, son tres integrantes de una banda street punk de un pueblo de las periferias italianas, como lo es Grosetto.
Durante el desarrollo de la historia, encuentran diferencias y vicisitudes económicas para desarrollarse como un grupo establecido de la escena local, ya que están hartos de presentarse en ferias y lugares que no sirven de acuerdo a sus necesidades emergentes.
Tienen una oportunidad, ya que son invitados a Bolonia para ser teloneros de Defense, una célebre banda hardcore punk norteamericana. El concierto se cae y no tienen la mejor idea que pagarle los pasajes a los Defense, para que estos se presenten en Grosetto, aunque no tengan ni una consola de sonido para llevar a cabo el mismo.
Entre niños mimados y pseudo punks concertistas de Barenboim, las imposibilidades económicas, culturales, y municipales de vivir “en los márgenes”, se materializan para conllevar una carrera artística que se lateraliza desde la propuesta.
Las distintas cosmovisiones ponen en juego hasta el más sagrado vínculo que los une en todo ello, la amistad de tres jóvenes de un pueblo que no se interesa por sus vocaciones ni por sus afanes de gloria.
El nexo humano se corrompe, y el capital toma el lugar vacío de eso que a cierta altura se presenta como insolucionable.
La metáfora no avizora el mayor ejemplo, y aquel anhelo revolucionario traiciona la relación entre ellos, sus allegados, y el de las expectativas de un paciente espectador que también es víctima del latrocinio.