Por Vanina Suárez
Vaninagsuarez@gmail.com
Origen: Francia
Estreno en Cines
Duración: 93 minutos
Drama/romance
Ficha técnica:
Guion y dirección: Romain Cogitore/ Música: Mathieu Lamboley/ Fotografía: Thomas Ozoux
Reparto: Deborah Francois, Paul Hamy, Réginal Kudiwu, Vincent Pérez, Daniel Martin, Christiane Millet.
María es una mujer con espíritu rebelde, que vive a pleno y es una especie de guía turística en Taiwán; por el otro lado, Oliver es un joven tímido, introspectivo y que habla 14 idiomas. Ambos se conocen por casualidad y aunque se los describe como personas muy distintas una de la otra, con el correr del tiempo se transforman en una pareja consolidada.
El territorio del amor comienza su historia en Taiwán pero recorre otros lugares, algunos sin denominación física, ya que en encuentros y desencuentros amorosos el paisaje se transforma en el marco que contiene o desborda la relación entre los jóvenes.
María y Oliver son una pareja firme cas idílica, jóvenes viviendo en otro país de una manera libre y enamorados, hasta que un hecho improvisto hace que todo se salga del eje, menos ella. La película intenta des romantizar al mismo amor e interpela al espectador, ya que es imposible no pensar qué haríamos en el lugar de María. La dirección de fotografía, con una propuesta estética sumamente interesante, le da otra perspectiva a la misma historia, ya que la nieve o el blanco como sinónimo de frialdad o el rojo como símbolo de la pasión y el amor, se destacan en el mismo relato dándole una percepción muy sensitiva de lo que siente o atraviesan los mismos protagonistas.
El territorio del amor explora varias aristas de una relación, incluso juega con el transcurso del tiempo en la historia, ya que solo al principio se indica cuánto transcurrió, pero luego los meses, años, etc. acontecen de una manera que resulta difícil de descifrar. El espectador, a través de cartas o de una novela que la misma María está escribiendo tendrá que enlazar momentos para evaluar cuánto es el tiempo real que sucedió.
Este drama francés, que comienza como una simpática historia romántica, tiene la habilidad de poner sobre la mesa los límites que el amor tiene sobre sí mismo y cuestionar (y cuestionarse) si vivir literalmente para el otro es lo que todos anhelamos.