Por Gerónimo Rivera Cano
Año 1991, en 129 minutos cinco historias divididas por el idioma y la distancia. Unidas por ser historias corrientes, de esas que acaban en el olvido y se dan muy a menudo. Toda esta narración audiovisual confluye en la noche y en los círculos sin escape de los relojes.
Los Angeles, Nueva York, Paris, Roma y Helsinki. Centros álgidos de capital monetario y capital científico, experimental. Ciudades que digieren personalidades son vistas (o no) a partir de un plano substancial: la cabina de un coche.
Existen locaciones que son secundarias. Lo primordial es el detalle nimio. Hacer notar lo obvio. Ornamentar un decorado. Trabajarlo sin exigirlo. Planos largos, diálogos largos, léxico ocular, teorías voluptuosas. Para algunos suele ser insoportable hablar con un taxista. Para otros un placer.
Jim Jarmusch es un escritor que actúa de extra. Escribe desde la sombra de lo que quiere contar. La historia por delante, la narrativa detrás. Musicaliza ni más ni menos que Tom Waits.
Religión, política, racismo, salarios bajos, trabajos extraños… Monólogos, cumplidos fáciles, momentos exóticos, incluso brujería.
El director no se muerde la lengua. Con la primer historia deslumbra, ataca a la opulencia de Hollywood, es una piña en el estómago. La metáfora es una forma de mirada llevada a cabo por Rowlands a la juventud de Ryder. Lo precedente cede ante lo futuro. De igual manera, a la promesa de oro, a la venta del éxito le responde con la elegancia que brinda la imperturbabilidad. El sueño es ser mecánica, no ser engranaje.
En Nueva York se exilia del exilio en la urbe un ex payaso cuyo pie es piedra sobre el embriague.
En París brilla el racismo y a la vez se produce lo que antes se nombró como ‘Brujería’. Pero antes de esta -que se produce al final de la historia- hay una reproducción en serie de la tecnología discriminado-discriminador.
En Roma el taxi es diabólico. Experiencias sexuales, monólogos, gafas de sol en plena noche. Los sentidos de las calles son para no ser respetados. Los curas parpadean aún muertos. Hay también ciertos postulados dados por el autor al discurso dado en boca de Roberto Benigni.
En Helsinki el coche bien podría ser una central obrera.
Son historias sin moraleja. Contadas porque valían su peso ser contadas y listo. Aún así: el acto de contar es un acto violento, combativo, rebelde; ser quien cuenta estas historias, no puede no asemejarse a estos términos.
En MUBI.
Reparto:
Los Ángeles
• Winona Ryder como Corky (taxista).
• Gena Rowlands como Victoria Snelling (pasajera).
Nueva York
• Giancarlo Esposito como YoYo (pasajero y taxista improvisado).
• Armin Mueller-Stahl como Helmut Grokenberger (taxista y pasajero improvisado).
• Rosie Pérez como Angela (pasajera).
París
Isaach De Bankolé como Taxista. Béatrice Dalle como la Mujer Ciega (pasajera).
Roma
• Roberto Benigni como Gino (taxista).
• Paolo Bonacelli como Cura (pasajero).
Helsinki
• Matti Pellonpää como Mika (taxista).
• Kari Väänänen, Sakari Kuosmanen, y Tomi Salmela como pasajeros.