Escribe Gerónimo River Cano
FICHA TÉCNICA
Actor: Germán De Silva, Sergio Prina, , Alberto Ammann, Rosario Blefari, Liliana Juárez
Dirección: Agustín Toscano, Ezequiel Radusky/ Guión: Agustín Toscano, Ezequiel Radusky/ Fotografía: Gustavo Biazzi/ Montaje: Pablo Barbieri, Pablo Barbieri Carrera
Emulación. Adueñarse de algo es también la creación de una costumbre. Habitar la cosa. Sin quitarla. Los dueños, ya el título nos invita a reflexionar: ¿quiénes serán? ¿Dueños de qué?
Más acá de lo sintáctico y del hilar fino audiovisual, el largo dirigido por Ezequiel Radusky y Agustín Toscano parece pendular entre tres ejes. En primer lugar la narrativa del cuento “Casa Tomada” de Julio Cortázar, linkeado a este y como segundo lugar, el amor fetiche que tuvo en su escritura y ficción Silvina Ocampo, digo sobre su afición a “las criadas”, o Fogwill con su descripción compenetrada con el grupo de los Pichis.
Es que actuaban en las sombras. Su huella era su acto.
Como tercer punto/eje hay algo de la onírica Marteliana nacida en “La Ciénaga”.
Claro que hay música, pues está radiante Rosario Bléfari… También hay desnudez. Y si se practica la mirada, se verá también la presencia prosática en la imagen.
No dice, muestra.
La traición a la clase tiene algo que sabe muy bien. Una rara rebeldía. La dueña que ¿se enamora? del dueño. Este que no es -dueño- en los papeles sino en la práctica.
Ahí están. Los otros dueños. Los que maniobran la cosa. Limpiando la mierda de quienes figuran como propietarios. Esos dueños de segunda que son artífices del brillo que ostentan los dueños visibles.
Emulación. Los trabajadores de la casa, los caseros, los criados, emulan la vida de sus patrones.
Digamos que viceversa.
Los patrones, sofisticados en sus actuares, emulan la vida de sus criados, su sexo, su sudor, su secretismo.
El habitar es la misma acción: se habita el sitio y la personificación en un corto tiempo y de tan escondidos, se hacen notar.
Entonces hay un doblete dialéctico. ¿Quién emula a quién?
Desde Buenos Aires, el Norte tiene cierto arrullo majestuoso, quizá el susurro constante del monte. Desde Tucumán, el interior del país (es decir Buenos Aires) es monótono.
En este film del año 2013, durante su hora y treintipico minutos, no es el casco principal lo que está en juego sino lo que se juega, lo que está en jaque, son los roles que se creen preestablecidos.
En jaque porque la emulación pretende eso, exceder la imitación, superar el juego. Que lo que parezca uno, se convierta en doble. ¿Quienes serán los dueños?