Por Vanina Suárez
vaninagsuarez@gmail.com
7/10
Coproducción: Argentina-Alemania.
Ficha técnica
Dirección y guion: Clarisa Navas/ Fotografía: Armin Marchesini/ Productora: Auténtika Films, Varsovia Films
Reparto: Sofía Cabrera, Ana Carolina García, Mauricio Vila, Luis Molina Casanova, Marianela Iglesia, Pilar Rebull Cubels, Facundo Ledesma, Leo Espíndola.
Premios y festivales
*2020 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata
*2020 Festival La Habana
*Película apertura en la sección Panorama del Festival de Berlín
Las mil y una, es una película dirigida por Clarisa Navas quien también dirigió Hoy partido a las tres en el 2017. Navas es una directora prometedora y joven para nuestro cine.
La historia se centra en hechos que acontecen en un barrio de monoblocks llamado Las mil y que es característico en la capital de la provincia de Corrientes; además, por su arquitectura y construcción denota una importante precariedad. Protagonizada por Iris, una joven de 17 años practicante de básquet, que por alguna razón no concurre a la escuela y es amiga de Darío y Ale, dos jóvenes gays que ofician casi como primos. La joven retraída transita los pasillos del barrio observando lo que otros hacen, a la espera quizás de una invitación para sociabilizar y en otros momentos solo eso: observa. En un determinado momento Iris conoce a Renata y queda deslumbrada por ella; porque es una joven que hace tiempo se fue del barrio y que aunque vive con soltura y libertad su elección sexual, sufre por los prejuicios que sabe que otros integrantes del barrio tienen para con ella.
Las mil y una plantea la marginalidad dentro de la misma marginalidad, donde claramente señala que no solo es suficiente con vivir en el borde de las situaciones sociales o económicas sino que las sexuales también rozan esa línea. Iris, Dario, Ale, Renata y el resto de los chicos, están despertando sexualmente pero no es tan sencillo vivirlo con libertad entre pares, mucho menos en ese barrio, ni en estos tiempos que parecen ser progresistas y que muchas veces están inmersos en discursos hipócritas.
La película propone desde el lenguaje cinematográfico trabajar con cámara en mano en varias de las ocasiones y mezclar actores con experiencias con otros que no la tienen; ese registro le permite asimilarse al testimonio casi documental, ya que cuentan con una frescura que encaja a la perfección con lo que podría ser real. Ese elenco sumamente heterogéneo es uno de los más grandes hallazgos que expone la propuesta.
Así mismo, recorre varios lugares escondidos y recovecos de la zona, casi como si el espacio fuese un personaje más donde a veces contiene a los protagonistas y otras veces los expulsa o los abandona. La temática central tiene como eje la marginalidad pero también trabaja otros tópicos que calan profundamente en la sociedad juvenil, tales como el abandono, la soledad, las relaciones familiares, las elecciones sexuales, la relación con los pares, las drogas, los abusos, las enfermedades de transmisión sexual.
La propuesta denota el paralelismo entre lo periférico y el suburbio con la posibilidad de estar siempre muy cerca de los bordes y de la exclusión; cuestiones que no solo suceden en materias sociales y económicas, aunque estos factores se encuentran bien delimitados en la película. En muchas ocasiones se cuestiona qué es estar dentro y fuera de los grupos, de las elecciones, de los lugares, de las posibilidades, ¿cuál es el límite? si es que existe. Además, ser resistente en un mundo tan propio y a la vez tan hostil para nosotros mismos ¿cómo es ser foráneo en el mismo lugar donde naciste y te criaste? Esos son solo algunos de los lineamientos que plantea la propuesta.
Clarisa Navas es una directora joven oriunda de Corrientes, que escribió y dirigió una cinta muy cercana a sus vivencias personales; y con una película pequeña, intimista y comprometedora ha sabido cómo llegar a la plataforma de la gran N y este un mérito enorme para el cine independiente argentino.