Por Gerónimo Rivera Cano
Ficha técnica:
Direccion y guión: Pedro Almodóvar
/ Duración: 31 minutos/ Intérpretes: Ethan Hawke, Pedro Pascal, Manu Ríos, George Steane, José Condessa, Jason Fernández, Sara Sálamo, Erenice Lohan, Oihana Cueto.
Plataforma: MUBI.
Disruptivo homenaje al western, un poswestern, con tintes de melodrama rodado en el desierto de Tabernas, Almería, en el poblado que hace cincuenta años construyó Sergio Leone para rodar su trilogía del dólar con Clint Eastwood. EXTRAÑA FORMA DE VIDA no es el primer corto que enseña Pedro Almodóvar (Antes Human Voice) pero sí el primero que hace rodar El Deseo por cines del mundo.
_Lo sublime del escoger. _
El título escogido por el Director es el cónclave donde la historia -o desde donde- la historia fluye y transcurre. Ni bien entramos a este universo árido propuesto por las lentes de Almodóvar lo primero en presentarse ante nuestra vista es
un vaquero con guitarra entonando de forma andrógina canción portuguesa.
Sea dicho de paso ya viene sonando desde antes y continúa perdida en el espacio.
El tema: ‘Estranha Forma De Vida’ de la cantante Amália Rodrigues y Don Byas. Conocida por ser reversionada por Caetano.
Gimiendo a un corazón que sangra, que vive independiente y que en su corrida, huye de quien ya no le sigue, encontramos a dichos artistas interpretando al corpus melódico.
Y es quizá estos fragmentos buenos indicios para entrar en la historia propuesta por el deseoso productor.
_¿Cómo encontrar Almodóvar en el desierto?_
En la paleta monocromática del desierto se yuxtapone el verde claro, el rojo sangre, el púrpura del vino, el amarillo y el marrón. Hay un claro desencaje entre El Sheriff y su vestimenta con la de Silva (el primero azul oscuro, negro; camisa celeste; el segundo su camisa a cuadros y la campera verde).
Existen escenas con una construcción riquísima: una cama separa a los dos amigos amantes. En el cabezal de la cama el cuadro de una mujer con vestido tono púrpura, los dos en ambos bandos primero utilizando la palabra como arma y luego la siempre característica Pacemaker.
_Estridencias minuciosas. _
Hay insinuaciones constantes, deslices. El desliz que el vino produce liberando la quimera de lo lujurioso. La insinuación en las tomas donde muestran superficies de placer al desnudo o manos que derriten su tacto bajo la lisura de los jeans.
Este corto, musicalmente no utiliza de cierre al tema mencionado en el principio. Si utiliza como cierre un triángulo de amor armado hasta los dientes (se respira brisa tarantinescas y estertores de tensión), y además una pregunta retórica que nos sirve para mil elucubraciones.
_La retórica endeble. _
Parece que el autor español nos pone como encrucijada la siguiente pregunta: ¿Y si amar es crear una necesidad en otro para ser luego quien la sacie?
Herir y ser quien cura dicha herida.
Pero como en todo buen filme, las cosas no cierran, el círculo tiene un pliegue que fuga a su centro: hay un tercero que aún creada esa necesidad, huye…
¿La respuesta? Disfrutar ser espectador de esta magnífica obra.