por Vanina Suárez
COMPETENCIA OFICIAL INTERNACIONAL
FICHA TÉCNICA:
Dirección: Agustín Carbonere /Guion: Agustín Carbonere / Fotografía: Luciano Badaracco / Edición: Alejo Santos/ Diseño de arte: Celeste Galickas / Sonido: Juan Manuel Molteni / Música: Agustín Carbonere / Producción: Eva Padró/ Producción ejecutiva: Eva Padró
Compañía productora: Hiperión
Intérpretes: Roberto Suárez, Elisa Carricajo, Claudio Da Passano, Benjamín Mateos, José Fogwill
Es difícil encontrarse con una ópera prima de la contundencia de El Santo, sobre todo porque el cine de autor en la Argentina es un hallazgo que sucede muy de vez en cuando. Agustín Carbonere, su director y guionista, pareciese que vino para quedarse, para enseñarnos que aún es posible nuevas y distintas narrativas.
No hace falta alejarse mucho de CABA para encontrar personajes casi bíblicos, con dones y poderes especiales; tal es el caso de Rubén (interpretado por el actor uruguayo Roberto Suárez) un curandero que trata a sus vecinos y a algunas personas que recurren a él, las cuales van llegando por el boca a boca. Su trabajo no es convencional y sus técnicas de sanación apelan a situaciones extremas, raras y desconcertantes pero aquellas personas que lo buscan lo hacen con fe, convicción y desesperadas para que sus problemas o sus enfermedades se terminen. Ayudado por un amigo, interpretado por el reciente fallecido Claudio Da Passano, no cobra un arancel específico y todo lo que hace lo realiza a voluntad de quien asiste. En un determinado momento llega a su vida Benjamín, un niño que desde que nació sufre y su madre con él. A partir de allí Rubén dejará de ser un simple curandero para subirse a un circo donde su don ya no es tan importante sino qué y cómo lo usa.
Con esa simple y a la vez compleja premisa, la historia cuestiona el camino de este santo popular, un hombre que ya no puede manejar fácilmente su habilidad, su don. El santo intenta desmitificar la idea de que no es un mito, y si ese mito puede llevar en sus espaldas el enorme peso de tener la vida, la felicidad y los problemas de los otros sobre hombros humanos.
Al trabajo de guion construido desde una esfera contundente, con ideas firmes, seguras que van in crescendo con el correr de los minutos, también se debe destacar el trabajo de fotografía con la elección de planos y el manejo de cámara. Rubén es un hombre ermitaño que no niega su don, al que además le gusta porque se siente útil pero cuando esa utilidad se convierte en algo mucho más enorme de lo que soñó, la trama cuestiona y pone en el tapete la humanidad de los milagros, la intención de siempre creer que el milagro es externo y está decretado en un otro, en una persona física (en un presente o en un pasado).
Luego de ver la película será imposible no cuestionarse al menos algunas cosas de nuestra fe personal y la humanización de los milagros.