Por Tomas Emanuel Brunella.
@josehumano8
Ficha técnica:
Guion: Zach Baylin, Keenan Coogler (Historia: Ryan Coogler, Keenan Coogler, Zach Baylin)MúsicaJoseph Shirley/ Fotografía: Kramer Morgenthau
Creed comenzó como un film potente, con el halo de «Rocky» atrás, y terminó de darle fuerza a su cineasta Ryan Coogler, que venia más del cine independiente, y también darle una nominación al Oscar como actor al mítico Sylvester Stallone. Una franquicia que comenzó más alla de ser una historia de boxeo, más bien como un drama emocional; sobre encontrarse y la fuerza de voluntad.
Quién iba a pensar que iba a avanzar, como mucho de lo que siempre quiso, y más ahora en Hollywood hacia una franquicia, y llevando toda la batuta total su actor protagónico: un Michael B. Jordan que recuerdo de esa joyita bien juguetona como Chronicle. Ahora Jordan ya más adulto, con una carrera que lo posiciona como una figura popularmente masiva.
¿Es esto un acierto o no?, Creed 3 es una cinta noble a su universo y sus valores, bajo el guion de otros autores, el actor, devenido en cineasta, lucha constantemente en construir una atmósfera más convencional de su sentido personaje y construye una cinta clásica en todo sentido. Forma un guion pero a pesar de que en el primer tramo no logra capturar del todo la energía, y se vuelve más cotidiana, es en el último enfrentamiento, ese dilema que cruza a nuestro Adonis en una contradicción con su pasado con lo no resuelto y las culpas que ató la calle como una telaraña a nuestro protagonista, terminando de dar rigor en su último tramo. Un amigo encarcelado por salvarlo a él de niño y una vida frustrada de ese que queda preso de su libertad, y un Adonis que termina logrando el sueño del otro.
Este regreso de amigos del pasado, y reminiscencias ásperas no termina de funcionar; recien a la hora, y aunque a veces las otras tramas no terminen de enganchar, es esa la necesidad de voluntad que Jordan envuelve a su personaje para una revancha, es lo que le da potencia y esa entrada de lucimiento visual total de su propuesta, un proyecto bajo Warner, que al ser un peso pesado, logra deslumbrar dando momentos bellísimos bajo la fotografia de Kramer Morgenthau y una última batalla, la cual no logra ser mítica como otras, pero que está ensangrentada de emoción; de una conmoción. Así y todo en cada rincón da figura a unas postales, donde sus planos juegan con la psiquis, para ahí, sacar el ingenio de cuidadisimos golpes que brillan.
¿Es un mítico final?, no, creo que está más cerca de ser una prueba de su actor, para entender la maquinaria del cine, y que aun no parece ser un cierre, ya que falta más, hay hambre de un cine arrebatado, como el ring, y que se queda en un entretenimiento con buen sabor.
A pesar de sus deficiencias, y lo frustrante de muchas cosas, logra capturar su alma en gran parte, y dar momentos astutos para disfrutar, más que nada en pantalla grande.