Por Javier Carrizo
Ig: nada_pasara_
Ficha técnica:
Año: 2022/ Género: Drama/ Productora: BBC Films, British Film Institute/ Duración: 101 minutos/ País: Reino Unido / Estados Unidos/ Dirección: Charlotte Wells/ Guion: Charlotte Wells/Producción: Adele Romanski, Barry Jenkins/ Música: Oliver Coates/Fotografía: Gregory Oke
Reparto: Paul Mescal, Frankie Corio, Celia Rowlson-Hall, Brooklyn Toulson
En su primer largometraje, la directora, guionista y productora, Charlotte Wells, encuentra a través de la excusa narrativa, la exploración de un lenguaje que se avizora como un probable estilo con el que identificarse.
Luego de haber realizado algunos cortometrajes como, Tuesday (2015), Laps (2017), y Blue Christmas (2017), llega a su primer largo, el cual se reconoce como un drama que condensa la frescura de una ópera prima.
Ahora bien, si hay algo que la autora demuestra a partir de estas incipientes experiencias, es su preocupación por la construcción de personajes que parecen más humanos por su cercanía a la realidad. Personajes que se escapan de la vida misma para ser insertados dentro de una pantalla, en la que se cimienta el mundo que Wells elije para ellos.
En esta ocasión, Sophie (Frankie Corio), recuerda las últimas vacaciones que pasa con su padre Calum (Paul Mescal), por medio del registro en video que inmortaliza esa entrada a la adolescencia de la protagonista, y esa relación particular entre padre e hija. Esa excusa narrativa, encuentra en la moción sonora y de montaje, una mejor propuesta de lo que el guion mismo infiere acerca de lo que en la película se trasluce. Y eso se explica de modo que son los registros en video familiares de Sophie, el juego del in crescendo musical y viceversa que acompañan las oscuras pero apreciables escenas de baile que se repiten a lo largo del film, ese ambivalente pasar de sonidos off extradiegéticos (que no pertenecen al mundo narrado), a sonidos “on the air” (que proviene de una radio por ejemplo, aunque no se vea en pantalla), que recuerdan al mejor David Fincher, los motivos por los cuales Wells logra una emoción estética en el espectador.
A su vez en la imagen, esos registros que provienen del pasado, también se entrelazan con los que no lo son. O sea pertenecen a una vivencia pasada, pero se diferencian por la textura de lo visible, creando un puente imperceptible entre el pasado y el presente. Es decir, aquello con lo que coquetea el diseño sonoro por medio del montaje, también se presenta como correlativo en lo sucedáneo a la dimensión visual.
Es por ello que la obra demuestra una solemnidad compositiva, en la cual la directora hace un verosímil y uniforme uso de los múltiples recursos del dispositivo.
El estilo que comprueba una identificación está liberado, y aunque sea su ópera prima, me es posible apreciar, que Aftersun (2022), es una película de Charlotte Wells.