por Juan Ignacio Villano
Título original: Elvis/
Año: 2022
Duración: 159 min
Dirección: Baz Luhrmann/ Guion: Jeremy Doner, Sam Bromell, Baz Luhrmann, Craig Pearce/ Música: Elliott Wheeler/ Fotografía: Mandy Walker
Reparto: Austin Butler, Tom Hanks, Olivia DeJonge, Richard Roxburgh, Helen Thomson, David Wenham, Kelvin Harrison Jr., Kodi Smit-McPhee, Dacre Montgomery, Luke Bracey, Xavier Samuel, Kate Mulvany, Natasha Bassett
El rey se dispone a cantar y enamorar. La gente sabe a qué vino y no piensan irse sin tenerlo. Pelo engominado, se forma una curva sensual y llamativa. El joven cantante nació con ese don, pero su supuesta maldición fue el avasallamiento del amor. Eterno en las mentes de todas las generaciones. El inigualable Elvis vive en cada uno/a. Acérquense y vean su historia, estoy seguro que la disfrutarán.
Elvis (2022) es la última película del realizador Baz Luhrmann y uno de los estrenos más esperados del año. El director australiano coescribe y dirige esta biopic del “Rey del rock”, el mismísimo Elvis Presley. El joven Austin Butler interpreta al cantante e ícono del mundo de la música, acompañado de Tom Hanks, el cual toma el papel de quien fuera su representante, el “Coronel” Tom Parker. El relato muestra los inicios de Presley y su llegada a la fama, seguido de su turbulenta vida y trágico desenlace.
La música. Eso es lo primero que llama la atención en la película. Canción tras canción, las letras y los ritmos complementan lo narrado. Acompañado de un montaje vertiginoso, se logra construir el mundo del cantante. Un estrellato repentino y descontrolado; el cual enloqueció a las mujeres, e inclusive a los hombres. Además, los mixes y combinaciones con la música contemporánea, se vinculan de gran manera. Nada está fuera de tono, la totalidad de la banda sonora es manejada con maestría y habilidad.
Otro logro es la interpretación de Butler. Realmente, el actor logra revivir a Elvis; ya sean sus gestos, su voz, su peinado, movimientos, etc. Todo activa un imaginario que lleva a hacer sentir que la máquina del tiempo funcionó y el cantante regresó a dar un último show, para las generaciones actuales y aquellas que lo vieron en carne y hueso. No solo la caracterización física y sus complementos, sino que cada espectador cree en lo verdadero y acepta el verosímil, se va más allá de la ficción y no se puede evitar querer y aumentar el cariño hacia el enorme cantante. El trabajo, tanto del intérprete como el director, es de una calidad impresionante.
El relato es llevado y dosificado de forma estupenda. Su larga duración no hace mella en el visionado. La velocidad de las imágenes realza dicha intensión de meter a la audiencia en una vida llena de excesos y fama. Es el conflicto entre Presley y su representante, una de las mejores partes de la obra. Donde se abarca la relación de dependencia y traición; cuando los egos se ven puestos en juego y la impotencia toma lugar. Elvis fue una víctima, y el narrador (el mismo Parker) no quiere admitirlo, pese a justificarlo con que el amor fue el culpable de su caída.
Esto no es un simple guiño, carta de amor u homenaje, sino un enorme pilar en la filmografía de este nuevo siglo. Un eco hacia la memoria y el ahora. Reflexiones de cómo la sociedad y el mundo cambiaron a lo largo del tiempo, dicen presente y se mezclan en un relato humano y personal. El final, que deja caer las lágrimas acumuladas. Las palabras de Elvis, donde los sueños pueden lograrse. El último show, y la entrega de todo su ser para todos aquellos que lo amaron, aman y amarán. Elvis es en su totalidad una obra excelsa, a la altura de su protagonista y ángel del rock. Los aplausos suenan en la sala, ante un show que promete continuar, de manera eterna.