Por Javier Carrizo
FICHA TÉCNICA:
Título original: Love Life/ Año: 2022/ Duración: 123 min./ País: Japón/ Género: Drama/ Dirección: Kôji Fukada/ Guion: Kôji Fukada
Reparto: Fumino Kimura, Kento Nagayama, Atom Sunada, Marika Yamakawa, Akari Fukunaga.
Música: Olivier Goinard/ Fotografía: Hideo Yamamoto
Compañías: Chipangu, Comme des Cinemas, Nagoya Broadcasting Network
Love Life (2022) de Koji Fukada
La recomendación de Pantalla Partida para este fin de semana extra largo, arriba de la mano del director de Harmonium (2016), y A Girl Missing (2019).
Luego de su paso por importantes festivales del mundo, Love Life, lo que fuimos vive siempre, es un drama nipón que al igual que la reciente Vidas Pasadas (que en ese caso proviene de Corea del Sur), comparte la idea del tercero en discordia, y de la indagación de las emociones de una manera poco frecuente.
Esto no quiere decir que el cine en su historia no se haya entrometido en esta particular distinción, sino que es a través del engrosado melodrama, donde reside uno de los mayores méritos de la producción.
En un barrio de clase media trabajadora, Taeko vive junto a su a su marido Jiro y su hijo Keita, pero un inusitado accidente cambia para siempre sus vidas. A partir de allí reaparece Park, el sordomudo padre biológico de Keita, por lo que Taeko empieza a replantearse cuestiones de su propia vida que parecían asumidas hasta entonces.
De todos los aspectos a destacar de esta película (que realmente son varios), uno de ellos se concentra en la capacidad de su autor de narrar una historia de gente común que vive en un barrio humilde, y que se emplaza como mundana, realista, creíble, palpable, y condescendiente con la situación social de la mayoría de los públicos en general.
A partir del plan de una sólida narrativa (nominada a Mejor Guion en el Festival de Cine de Filadelfia), Fukada, el alumno de Kiyoshi Kurosawa, entiende el cine de Rohmer y desarrolla un film en el que los aspectos emocionales se desprenden, cuando el estancamiento de las acciones de sus personajes se toman el tiempo necesario y real . A su vez, el aura del cine moderno latente invade la forma, los diálogos humanizan a sus personajes, y espejan en sus espectadores, valores éticos y morales, que son también claramente hallables en el seno social.
La fotografía hace lo suyo en la semiosis audiovisual, la creación del significado anticipa el suceso por medio de ese departamento ameno, cálido y habitable, aunque sombrío, y el que solo recibe luz solar de rebote. La iluminación directa nunca ingresa en el hogar, con la asumida voluntad de opacar el ambiente.
Nominada a Mejor Película en la última Mostra de Venecia, es una de las grandes películas del año, forma parte de la cartelera de cine local, y cualquier instancia de este extenso fin de semana, es más que propicia para la experiencia.
Compañías: Chipangu, Comme des Cinemas, Nagoya Broadcasting Network