Por Juan Ignacio Villano
Título original: Don’t Worry Darling
Año: 2022
Duración: 122 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Olivia Wilde
Guion: Katie Silberman, Carey Van Dyke, Shane Van Dyke/ Música: John Powell/ Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Florence Pugh, Harry Styles, Olivia Wilde, Gemma Chan, Chris Pine, KiKi Layne, Nick Kroll, Douglas Smith, Kate Berlant, Asif Ali, Dita Von Teese, Timothy Simons, Sydney Chandler.
Productora: Vertigo Entertainment, New Line Cinema. Distribuidora: Warner Bros.
El mundo idealizado. La fantasía rozando la realidad ¿O es al revés? No sabemos si vivimos un sueño o soñamos con vivir. El precio a pagar es perder lo que nos hace personas, el alma humana.
No está permitido spoilear, por lo que vamos a ser directos. No te preocupes cariño (2022) es el tercer largometraje de la directora estadounidense, Olivia Wilde. La trama nos presenta al matrimonio de Alice (Florence Pugh) y Jack (Harry Styles); quienes viven en un pueblo idílico norteamericano, situado a mediados del siglo XX. Jack, y todos los hombres de ahí, se suben a sus autos de lujo y van a trabajar a un lugar a las afueras de las residencias. Alice, y el resto de las mujeres, no tienen permitido ir hasta esa zona, por lo que se quedan haciendo tareas del hogar y esperan la vuelta de sus maridos. La vida parece colorida y feliz, pero algo se oculta en el fondo. Frank (Chris Pine), el líder y referente de la empresa que maneja a las familias que conforman la comunidad, parece un hombre carismático, que busca el bienestar de todos; sin embargo, sus intenciones son mucho más macabras. Así, poco a poco, Alice comenzará a dudar sobre el mundo que la rodea y su mismo marido.
Estrenada en la última edición (Edición °79 – 2022) del Festival Internacional de Cine de Venecia, los revuelos mediáticos y teorías acapararon la alfombra roja de su presentación. Pero ese no es el tema específico a tratar, vinimos a hablar del filme en sí y no lo que lo rodea. Sin embargo, no está de más aclarar que todo este torbellino hizo que la crítica especializada y la misma audiencia, clavaran sus dientes y desgarraran una película que no merecía tal trato.
Sin contar los giros argumentales y partes específicas de la obra, vale hacer hincapié sobre el relato y su contextualización en el género de la ciencia ficción. Ya se han leído reseñas que comparan toda la premisa con una enorme serie, como lo es La dimensión desconocida, y otra más contemporánea, Black Mirror. Las referencias están ahí, a flor de piel. El misterio y extrañamiento de la protagonista son fuertes. La incertidumbre, y su consecuente búsqueda de respuestas, son un eje fundamental de la historia. Por ello, hay que destacar la gran actuación de Pugh. Desde la violencia, el sexo y el mismo silencio, la joven actriz se come la pantalla. Su coprotagonista, Styles, también logra una buena interpretación, aunque el contraste entre ambos es muy obvio, él no llega al mismo nivel que su colega femenina. Teniendo así a una dupla dispareja.
En términos de imagen y sonido, nos encontramos con una labor enorme. Cada canción, movimiento de cámara, voces al unísono y flashes, logran cautivar al espectador. Inquietando o sorprendiendo; a veces las dos. Por supuesto, hay presagios en ellos, los cuales en algunos momentos anticipan algo ya deducido; pero no lo contaría como un punto flojo, sino como algo no aprovechado en su totalidad. Igualmente, Wilde muestra a pleno su potencial de realizadora. Estilo, esa es la palabra. No es un simple sci-fi flick, sino algo más profundo y político. Queda en cada uno comprenderlo a través del audiovisionado del mismo.
En síntesis, el boca en boca y las redes jugaron una mala pasada a esta película. Por eso, el criterio propio y los oídos sordos son elementales. Hay que entrar sin ideas ajenas, y se deben generar unas propias. No es que se trate de la mejor obra de ciencia ficción del siglo XXI, no me malinterpreten. Hablo de una muy buena historia, con una puesta en forma notable, la cual debe ser analizada y apreciada como se debe. Los merecimientos están ahí, indivisibles y firmes ante la audiencia.